jueves, 14 de octubre de 2010

TEXTOS COMENTADOS DE PLATÓN Y CONCEPTOS DEFINIDOS.

Los textos comentados a continuación son fragmentos del texto de Platón,  La república (texto recogido en el libro editado por la universidad). No he copiado todo el fragmento, así que buscadlo en el libro. Estos comentarios no son definitivos pero os pueden servir de ejemplo de cómo se puede comentar un texto. También aparecen definiciones de conceptos. Éstos aparecen subrayados en el texto del examen de selectividad y se contesta en la segunda pregunta.

Platón. República. Libro VII.  (Texto: Párrafo 8)

«Pues bien, mi querido Glaucón -proseguí-, este cuadro debemos aplicarlo exactamente a lo que dijimos antes… que por fuerza tiene que verla quien quiera proceder sabiamente tanto en su vida privada como en la pública.»
Análisis del texto: ideas principales  (1ª Pregunta)
·    La República es un diálogo didáctico escrito por Platón, filósofo griego del siglo IV a.C., en los primeros años de funcionamiento de la Academia, tras la vuelta de su primer viaje a Sicilia. El tema central es la justicia. Como en otros diálogos platónicos, los adversarios son los sofistas. Consta de diez libros.
·    El Libro VII relata un diálogo entre Sócrates y Glaucón, hermano de Platón. La escena tiene lugar en el Pireo, en casa de Céfalo. Platón explica, por boca de Sócrates, el estado del alma con relación a cada clase de conocimiento, valiéndose de una comparación: el mito de la caverna.
·  "Este cuadro...". Comienza el texto haciendo referencia a la escena descrita en los párrafos anteriores, que no es otra que la situación imaginada de unos personajes que habitan en el fondo de la caverna.
·    Finge Platón que unos cautivos se encuentran  encadenados en el fondo de una cueva. Allí se proyectan, me­diante la luz de una hoguera, las sombras de los objetos que van pasando­­­ por la entrada de la cueva. Habituados a la oscuridad, toman como reales­­­ esas sombras, ya que nunca han percibido otra realidad más que esa. Si alguien, saliendo de esa situación, llega a contemplar la verdadera realidad se sentirá dichoso y lamentará la suerte de los demás cautivos. Pero si se propusiera volver a la caverna para sacar a sus antiguos compañeros del error en que están (toman las sombras por realidades), tratando de que dirijan su mirada hacia el exterior, la luz les cegará. Es seguro que no le comprenderían y le maldecirían por la ceguera.

·                     La primera indicación para entender la enseñanza que encierra el mito de la caverna "hay que asimilar el mundo visible y el local de la prisión". El saber es como el ver, y para ver hace falta la luz. En la oscuridad de la caverna se confunden las cosas con sus sombras. Es el estadio correspondiente a la imaginación.
Continúa el texto haciendo referencia "a la subida al mundo superior y a la contemplación de éste", comparándole "con la ascensión del alma hasta la región inteligible".
·                     La liberación de las cadenas y el volverse desde las sombras hacia las imágenes y la luz, su ascenso desde la caverna hacia el sol, su primer momento de incapacidad de mirar allí a los animales y plantas y a la luz del sol, pero su capacidad de mirar los reflejos en las aguas y las sombras de las cosas reales, todo este tratamiento revela el poder de elevar el alma hasta la contemplación del mejor de todos los entes, tal como en la alegoría del mito de la caverna se elevaba el órgano más penetrante del cuerpo hacia la contemplación de lo más luminoso en el mundo visible y corporal. El sol  y su luz, nos permiten ver al final, aunque con dificultad, la idea de Bien.
·                     La subida al mundo superior es comparable al ascenso de la mente hacia la región de lo inteligible, o mundo de las ideas. La conclusión es que el final de ese proceso de ascensión se encuentra en la idea del Bien. La idea del Bien constituye el presupuesto necesario de todo conocimiento, y finalmente, el fundamento del bien obrar.
·   El auténtico filósofo es el que ha logrado elevar su alma hasta el más alto grado del conocimiento inteligible. En los confines del mundo intelectual está la idea de Bien, que es la causa de todo lo bello y lo bueno que hay en el universo; es  preciso fijar bien la mirada en esta idea para conducirse con sabiduría en la vida pública y en la privada. Ella es el principio, eterno e inmutable, del orden moral y del orden político. Por eso el fin de la educación filosófica, destinada a formar a los gobernantes del futuro Estado, debe ser el de dirigirlos hacia la  idea de Bien.
·   La idea clave de la utopía platónica es que han de gobernar los filósofos. Quiere, Platón, demostrar la necesidad de educar a los ciudadanos más selectos para que obren con justicia dentro de una ciudad (polis) justa. ¿A quién se dará, y cómo, esta educación? A jóvenes escogidos que estén dotados de determinadas cualidades. Consumado el período de su formación, estarán en condiciones de gobernar, pues serán los mejores de los hombres y los más hábiles políticos del mundo.
Este texto presenta para nosotros un doble interés:
·                     1º Un interés histórico. Nos introduce en el centro mismo del pensamiento de Platón, con la distinción fundamental del mundo sensible y el mundo de las ideas. El filósofo es alguien que ha roto con las visiones engañosas del mundo sensible para vivir entre las ideas.
·                     2º Un interés perenne. La afirmación de que no es por la vista, sino por la inteligencia como se puede llegar a la realidad que está en lo alto, pone de manifiesto y nos hace comprender el valor de la filosofía, cuyo origen está en el asombro o en la admiración. El pensamiento filosófico tiende a lograr una verdad universal. Busca la verdad, y en consecuencia la reflexión filosófica aparece como una liberación.  De ahí que la filosofía haya sido considerada desde la antigüedad la disciplina liberal por excelencia.
      ¿Cómo se elevará el alma progresivamente desde las tinieblas hasta la luz? Una serie de ciencias prepararán el camino: la aritmética, la geometría, la astronomía. Todas ellas no son más que el preludio de la verdadera ciencia, la que pone al hombre en situación de dar y entender la razón de todas las cosas: la Dialéctica. La Dialéctica es ciencia y método a la vez: da al alma la facultad de elevarse desde los objetos más humildes hasta la suprema idea del Bien, para descender nuevamente hasta los objetos,  recorriendo así en su marcha todos los grados del ser.

Análisis de los términos subrayados en el texto (Pregunta2)

·     Alma. En el texto, Platón hace referencia a la afinidad del alma con las ideas y su proceso de ascensión hasta la idea del Bien. Siguiendo la doctrina del orfismo (doctrina mistérica de la antigua Grecia), Platón concibe al hombre como un ser compuesto de ­­alma y cuerpo. El cuerpo, corruptible y perecedero, es visto por Platón como un lugar (cárcel) de alojamiento temporal del alma. En el Fedro (mito del carro alado), Platón nos relata cómo el alma se aferra en su caída al primer cuerpo que encuentra, y le confiere vida. Alma y cuerpo están unidos accidentalmente, como el barquero y la nave. Al morir el cuerpo, el alma cambia de destino, subiendo o bajando en la jerarquía de las vidas.

En el alma distingue Platón tres partes: a) Concupiscible: reside en el abdomen, y de ella provienen las pasiones inferiores: el hambre, la sed, el deseo sexual. Es mortal. Su virtud es la templanza. b) Irascible: reside en el tórax, y es la fuente de las pasiones nobles. Es inseparable del cuerpo y perece con él en el momento de la muerte. Su virtud es el coraje, valor o fortaleza. c) Racional: reside en la cabeza, y su función es dirigir las operaciones superiores del hombre, conocer las ideas y las verdades eternas. Es de naturaleza divina e inmortal. Su virtud es la sabiduría práctica o prudencia.

Mundo inteligible / mundo sensible (visible). La realidad aparece en Platón dividida en dos mundos: el mundo inteligible o mundo de las ideas, y el mundo sensible o de las cosas materiales. Las cosas del mundo sensible son copias imperfectas de las ideas. A las ideas sólo se tiene acceso mediante la razón, no a través de los sentidos. Son independientes, eternas e inmutables. Están perfectamente jerarquizadas: en la cumbre se encuentran ­la Justicia y la Belleza, y por encima de todas ellas la idea suprema de Bien. El mundo inteligible es el mundo de las ideas, que Platón compara con el mundo de la luz.

Bien. El término griego agaqon, que traducimos como "bien", significa lo apto, lo apropiado, lo justo, lo que está en su sitio, es decir, que es propiamente aquello que es. Esto es lo que en Platón constituye la noción de "idea". Por eso, la determinación de "idea" es la misma que la determinación de "bien". Quiere esto decir que "bien" coincide con "ser". Aún más, en el bien se condensa la plenitud del ser. La determinación última del ser a la que podemos llegar en el proceso ascensional del conocimiento es la "idea de las ideas". Platón le da el nombre de "la idea del bien". "Del bien" es un genitivo apositivo, y equivale, por tanto, a una aposición. Consecuentemente, la "idea del bien" quiere decir aquella idea que es el bien. El "bien" es la idea suprema. La idea del bien es condición de la posibilidad de la presencia, es la luminosidad por la cual algo puede estar presente, es puro brillo, pura luminosidad. Lo compara metafóricamente con el sol del mito de la caverna. En su conocimiento culmina la dialéctica. El Bien ha de ser la referencia de todo comportamiento ético y de toda actividad política. El que este objetivo aparezca como necesario en la formación de los que han de ser gobernantes, pone de manifiesto la importancia que Platón concede al carácter "político" de la filosofía.

Contemplación.  La teoría del conocimiento platónica se describe como un proceso ascensional que nos lleva a la contemplación de las ideas. Contemplar es ver directamente la realidad del mundo de las ideas, lo cual sólo es posible mediante la razón, no mediante los sentidos. Toda actividad teórica es, para Platón, una cuestión relacionada con la vista. El mismo concepto  de idea significa en griego "visión". Tras ello se encuentra el convencimiento platónico de que es necesario ver la verdadera realidad más allá del mundo sensible, y esta realidad está presidida e iluminada por el Bien.

Texto: Párrafo 4

«—Necesitaría efectivamente acostumbrarse...  sino el propio sol en su misma región y tal cual es en sí mismo.»
Platón. República. República, Libro VII.

Pregunta 1
El texto pertenece al Libro VII de La República, diálogo de madurez de Platón, y probablemente una de las obras más representativas del pensador griego. En él se aborda la temática que motivó la reflexión filosófica platónica: la política. El autor trata de presentarnos un modelo ideal de Estado, y para fundamentarlo desarrolla también su teoría del conocimiento y su concepción de la realidad, que vendrán condensados en su controvertida Teoría de las Ideas. Por todo ello, se puede considerar La República como uno de los diálogos fundamentales de Platón, y su importancia radica, entre otras cosas, en ser capaz de articular dos componentes fundamentales de la reflexión platónica: la política y la filosofía.
En efecto, la República busca, como hemos dicho, ese modelo ideal de Estado en el que la suprema injusticia sea imposible. Es sabido que, según cuenta el mismo Platón, su vocación filosófica surgió como una respuesta a la condena a muerte de Sócrates en un proceso que difícilmente podría calificarse como justo. Esta preocupación por la justicia es una de las características definitorias de la filosofía platónica, preocupada, entre otras cosas, en encontrar una definición de la justicia. No se debe pensar que Platón se limita a elaborar complejas teorías políticas, sino que a lo largo de su vida intentó en diversas ocasiones la realización de este modelo ideal que nos propone en la República. Sus repetidos fracasos ante Dión, el tirano de Siracusa, le llevaría a desconfiar respecto a la posibilidad de realizar su teoría. En cualquier caso, en el plano político, hemos de valorar a Platón como el primer pensador que se ocupa por la política de un modo sistemático en toda la filosofía occidental, y como el primer filósofo que nos propone una Utopía política, abriendo así una línea de pensamiento que se repetirá a lo largo de la historia (pensemos en otras utopías, como la de Tomás Moro en el Renacimiento).
Pero, al margen de la significación política de la obra platónica, hemos de resaltar también que el autor de La República es heredero de toda una tradición filosófica anterior. Por un lado, intenta encontrar una solución definitiva problema del cambio, que había dejado al pensamiento occidental en un callejón sin salida con el pensamiento metafísico de Heráclito y Parménides, y, por otro lado, Platón fue un pensador de su tiempo, enfrentado a una corriente de pensamiento muy extendida en Atenas (y en toda la civilización griega) como era el pensamiento de los sofistas. Como buen discípulo de Sócrates, Platón continúa la batalla intelectual que comenzara su maestro contra estos “vendedores” de sabiduría, cuestionándose no sólo la organización de la polis (tema fundamental de La República) sino la naturaleza de la verdad y los modos de conocimiento.
Una vez contextualizada la obra comentemos brevemente la significación y el sentido del fragmento propuesto.
El texto pertenece al Libro VII, en el que Platón nos presenta el mito de la caverna, cuya pluralidad de significados e interpretaciones resulta sorprendente. En este mito Platón nos presenta a unos prisioneros acostumbrados a percibir sólo sombras, y se plantea qué ocurriría si algún día pudieran contemplar la verdadera realidad. Con el mito de la caverna, Platón nos resume su metafísica, su teoría del conocimiento, su política, e incluso su teoría de la educación, sintetizando las ideas fundamentales de su Teoría de las Ideas. La importancia de este mito ha sido puesta de manifiesto a lo largo de toda la historia de la Filosofía, donde varios autores han propuesto las más diversas interpretaciones. En concreto, el fragmento a interpretar especifica el modo en que un maestro habría de conducir a su discípulo para que éste llegue al conocimiento de las Ideas. Al margen de la evidente significación pedagógica, se nos presenta también una graduación en los modos de ser y en los modos de conocimiento correspondiente, pudiendo comprobarse así la relación del mito de la caverna con el símil de la línea, que Platón ha expuesto precisamente en el Libro VI. Las preguntas que se intentan responder con el texto podrían ser las siguientes: ¿Cómo puede llegarse al conocimiento de las Ideas? ¿Puede “enseñarse” a ascender en los grados de conocimiento? ¿Cuántas formas de conocimiento existen? ¿Cuántas formas de realidad?

Los términos a explicar dentro del texto son los siguientes (Pregunta 2):
Ver las cosas de arriba: En el mito de la caverna se refiere a ver los objetos de la verdadera realidad. Significaría la salida de alguno de los prisioneros de la caverna y la percepción de todas las cosas que le rodean. En la teoría de las Ideas consistiría precisamente en llegar al conocimiento de las Ideas, que es el grado superior de conocimiento
Sombras: serían lo primero que puede contemplar el prisionero sin deslumbrarse, dado que no está acostumbrado a percibir la luz. Si aplicamos este concepto al símil de la línea, serían lo correspondiente a las imágenes de las cosas, que pueden ser conocidas de un modo adecuado por la imaginación.
Imágenes: acostumbrado a conocer las imágenes, el prisionero ya está preparado para dar un paso más en su proceso de conocimiento, y puede conocer ahora las imágenes de las cosas. Siguiendo con la comparación con el símil de la línea, las imágenes corresponderían con las cosas materiales que a su vez serían conocidas por medio de la creencia.
Objetos reflejados: sería el tercer escalón del proceso de conocimiento. Para lograr que el prisionero progrese sin deslumbrarse es conveniente que antes de mirar directamente las cosas vez su imagen reflejada en el agua. Si seguimos interpretando el mito de la caverna desde el símil de la línea, Platón establece que la tercera forma de realidad serían los objetos matemáticos, conocidos por la dianoia, es decir, la inteligencia discursiva.
Objetos mismos: al ser capaces de mirar los objetos mismos ya hemos terminado con nuestro proceso de conocimiento, llegando a percibir directamente la verdadera realidad. Las cosas que ahora puede ver el prisionero simbolizarían las Ideas mismas, que pueden ser contempladas intelectualmente por medio de la ciencia, que es para Platón el último grado de conocimiento. El significado sería similar al que hemos comentado en “ver las cosas de arriba”.
Contemplar el sol: Liberado de todas sus cadenas (de las reales y de las intelectuales) el prisionero puede ahora volverse directamente al sol, que desempeña una función muy importante, pues gracias a él se pueden contemplar el resto de cosas. De igual modo, aquel que logra el conocimiento de Ideas, tiene la posibilidad también de contemplar la Idea de Bien, que es la Idea más importante y confiere inteligibilidad al resto de Ideas. Del mismo  modo que las cosas son visibles gracias al sol, las Ideas con cognoscibles gracias a que la Idea de Bien ilumina al resto.

Texto: Párrafo 3
“Considera ahora, dije, lo que sucedería si fuesen liberados de sus cadenas... ¿no crees que se hallaría perplejo y que juzgaría más verdadero lo que ha visto hasta ahora que lo que ahora se le muestra? “...                                             
                                                                                 
   Este texto pertenece a Platón, discípulo de Sócrates. De decidida vocación política se engañó muy pronto de las prácticas políticas atenienses de su época( especialmente tras la condena de Sócrates) .Desde entonces dedicó su esfuerzo intelectual a construir y fundamentar teóricamente un modelo ideal de sociedad que dibuja nítidamente en “ La República”, libro donde se encuentra el fragmento que vamos a a comentar.
La pretensión de Platón en esta obra es formar un estado perfecto que sirva de elemento regulador de la vida política y moral de los individuos. Este estado tendrá para Platón como tarea suprema y exclusiva la educación moral de los ciudadanos.
Antes del fragmento a comentar Platón ha comparado el entendimiento con una caverna donde ha situado a unos individuos encadenados desde siempre de forma que no pueden volver la cabeza hacia detrás. Para ellos la realidad serían las sombras que proyectan sobre el fondo de la caverna unas figuras que pasan entre ellos y un fuego situado cerca de la salida.
En el fragmento pone de manifiesto el deslumbramiento y la perplejidad que sufriría uno de los individuos si de pronto le hiciéramos ir hacia el fuego, evidentemente querría volver a la comodidad de su estancia oscura ante el dolor que le produce el deslumbramiento de la luz a la que no está acostumbrado.
Después, Platón aplicará esta alegoría a los filósofos que gracias al uso de la dialéctica, entran en contacto con la auténtica realidad, debiendo ser los gobernantes de la sociedad. A si mismo Platón expondrá cual debe ser la educación, los estudios que deben adquirir “los Mejores”.
Pasemos ahora a un análisis más detenido del texto: En este podemos señalar dos ideas fundamentales:
1. Exposición de la situación que anteriormente hemos descrito; hombres encadenados en la oscuridad (ignorancia fruto de una confianza ciega en los sentidos)
2. Deslumbramiento, perplejidad al enfrentarse súbitamente con la luz (la verdad) y la primera intención de volver a su situación primitiva.
La  temática de texto es el conocimiento del hombre y las dos situaciones que se plantean: la confianza en los sentidos, que nos llevan a la opinión; y el uso de la razón que nos pone en contacto con la realidad, aunque para ello es necesario un periodo de adaptación (educación, dialéctica, recuerdos). A la base de esta concepción del conocimiento humano (que viene a justificar más tarde el gobierno de los mejores) está la división de los dos mundos platónicos: el mundo físico ( del devenir, del movimiento, de las sombras y que es el mundo de “Heráclito”) y el mundo inteligible( de las ideas-realidades absolutas, inmutables, atemporales, de lo auténticamente real( de lo “realmente real” y que es el mundo de “Parménides”).
Como podemos ver Platón es heredero del pensamiento griego ( sus fuentes: Heráclito, Parménides y Sócrates entre otros) y su pensamiento( y en concreto su planteamiento de los dos mundos) será de suma importancia para toda la filosofía posterior (el platonismo será fundamento teórico del cristianismo y también de la dura crítica  que al mismo hace Nietzsche.