COMPARACIÓN ENTRE DESCARTES,
HUME Y KANT: TEORÍA DEL CONOCIMIENTO Y EL PROBLEMA DE LA METAFÍSICA.
Teoría
del conocimiento
Kant trató de sintetizar y de armonizar tanto
el racionalismo como el empirismo.
Para Descartes, nuestro conocimiento dispone de ideas innatas, sin que
nada tenga que ver la experiencia sensible. Mientras que, para Hume, nuestro conocimiento tiene su
origen a partir de la experiencia, de tal manera que de la realidad sólo
captamos impresiones que luego convertimos en ideas. Kant,
al mismo tiempo, sintetiza ambos planteamientos: el conocimiento se inicia con
la experiencia, de la que captamos las impresiones, pero todo el conocimiento
no se reduce a la experiencia sino que hay un componente a priori que aportan
nuestras facultades cognoscitivas. Así el conocimiento se realiza cuando
sintetizamos el a priori de conocimiento y las impresiones que conocemos por la
sensibilidad.
Para los tres autores, el sujeto no puede ir más allá
de sí mismo: Descartes no llega al
conocimiento de la realidad extramental, para Hume el conocimiento de la realidad solamente se reduce a nuestras
percepciones sensibles, y para Kant
sólo es posible el conocimiento del fenómeno (la realidad para mí) y no es
posible el conocimiento del noúmeno (la realidad en sí misma).
En
cuanto al problema de la realidad y la cuestión de la metafísica como ciencia,
encontramos diferencias notables.
Los tres autores se refieren a
tres ámbitos de la realidad: el yo, el mundo y Dios. Pero ante la cuestión de
sí es posible la metafísica, cada uno responde de una manera distinta:
Para
Descartes, es
posible la metafísica como ciencia a partir del yo pienso (res cogitans), como
idea clara y distinta de la que no puedo dudar, donde intuimos la idea de Dios
(res infinita) y de la que deducimos la idea de mundo (res extensa). La
metafísica es posible, de este modo, como ciencia, a partir de la intuición y
deducción de ideas, pero sin pasar por la realidad extramental.
Sin embargo, para Hume la metafísica no es posible como ciencia ya que el yo, el
mundo y Dios en cuanto sustancias tienen su origen en la facultad humana de la
imaginación que relaciona ideas que tienen su base en la percepción, pero que
no podemos llevar más allá del propio sujeto porque de ellas no tenemos ninguna
percepción sensible. De la sustancia por tanto no podemos tener percepción
sensible.
Por último, para Kant, el yo, el mundo y Dios son ideas
puras de la facultad de la razón, que tratan de sintetizar y agrupar todos los
juicios de elaboramos en la facultad del entendimiento, constituyendo con ellos
razonamientos según los tres ámbitos de la realidad. Estas ideas puras no
podemos llevarlas más allá de la realidad, de tal manera que no podemos
establecer a partir de ellas juicios sintéticos a priori. De este modo no es
posible la metafísica como ciencia, pero los contenidos de la metafísica (yo,
mundo y Dios) son necesarios para regular nuestro conocimiento y serán
afirmados como una necesidad por la vía de los postulados de la Razón práctica.
Los contenidos de la metafísica serán una exigencia de la ética